Ahora todos vemos como proliferan los torneos de exhibición por estos lares. Aquí en Buenos Aires, en Córdoba, en Punta del Este. Con jugadores locales e invitados estelares que terminan siendo reemplazados por invitados un poco menos estelares. Pero lo cierto es que esta es una práctica común en el mundillo tenisil. Hay, de hecho, algunos de estos certámenes que, por tradición o márquetin, ya tienen un peso específico propio, como el torneo de Kooyong, que reúne, en la semana previa al Abierto de Australia , a varios de los mejores jugadores del circuito -David Nalbandian ha sido un invitado frecuente a este evento, en el que se consagró campeón hace dos años dejando a Agassi y a Roddick en el camino-; o la Copa Hopman por naciones, mas o menos a la misma altura del calendario -este año Argentina estará representada por Gaudio y Gisella Dulko.
Los jugadores los utilizan para medirse y ver cómo vienen de cara a la temporada entrante; y además -¿sobre todo?- para amarrocarse unos buenos mangos. Para los espectadores es una buena ocasión de ver a jugadores que no suelen presentarse por estos lares -¿quién me sacó a mi Blake?-, o para ver a los que vemos siempre sin esperar al ATP de febrero o que toque jugar de local una serie de la Davis. Un brindis, pues, por la exhibiciones. Ahora que el tenis está de moda y -según parece- vende, espero que proliferen. No pienso parar hasta ver a Goran gastándola otra vez en los verdes campos sobre césped del exclusivo Hurligham Club.
Esto de los homenajes en vida me huele un poco a formol. Ver a Vilas jugando con su otrora archienemigo Batata en el marco de un torneo que lleva su nombre me parece de un gusto, al menos, dudoso. Pero negocios son negocios y hay pocos en la Argentina que tengan una imagen tan vendedora como Willy. Y en el mundillo del tenis nadie, con excepción de Gaby Sabatini. El asunto es que esta Vilas Cup llega en un momento en que el mejor tenista argentino de la historia -¿?- abandonó el exilio mediático al que se había auto sometido y ahora aparece por todas partes, todo el tiempo. Montado a la maquinaria del márquetin tenisero, que aprovecha el buen momento de los argentinos en el circuito y también el repunte de la economía doméstica, Vilas vio la oportunidad de alzarse con un buen fajo de billetes y a eso se dedica. Diarios, tele, radio, torneo, revistas, entrevistas y más entrevistas a cuanto medio se lo pida. Clink caja. Me parece fantástico. Cualquiera en su lugar haría lo mismo.
Me llamó la atención la
entrevista que publicó Olé el miércoles 30 de noviembre. "Si agarramos de capitanes -declaran los ex archienemigos- Argentina va a ganar la Davis". Creo -y creen o dicen creer la mayoría de quienes comentan sobre el tema, que, más o menos autorizados, ultimamente son muchos- que la Argentina va a ganar la Davis. Lo dicen ellos mismos, unas líneas más abajo. Todos creemos o queremos creer que la Davis se va a ganar en alguno de los próximos años. Hará falta un buen sorteo y algún factor extra. La base, diría el Bambino, está.
Entonces, la primera parte de la frase es innecesaria. La parte de "Si agarramos de capitanes". Es como -recurro al fútbol por ser el deporte más popular- si Maradona dijera "si voy de DT, Boca gana algún torneo seguro". Boca va a ganar siempre algún torneo, vaya o no Maradona de DT. Lo mismo pasa con la Davis y Argentina. Entonces, se trata de un golpe de efecto, de una simplísima operación de propaganda. Una muy sutil manera de llamar la atención -cosa que a Vilas siempre le gustó hacer.
El asunto es que hay otra gente de por medio: más precisamente el actual capitán argentino de Copa Davis, el Luli Mancini. Y estas declaraciones tienen algo de, perdón por el término, golpistas. Llegan pocos días antes de ver, en vivo y por TyC, cómo Croacia levanta la ensaladera que "nuestros muchachos" nunca pudieron levantar -ni siquiera cuando V & C hacían lo que mejor saben hacer-, en el mismo territorio en el que Nalbandian, Coria y amigos fueron derrotados hace un par de meses.
Y si bien no caben dudas de que hay cosas por mejorar en este equipo -cosas que, en algunos casos, dependen directamente de Mancini- también es cierto que el trabajo que está haciendo es más que bueno, que se lograron resultados muy importantes -la serie contra Australia, sin ir más lejos, fue histórica- y que hay mucho trabajo por hacer. V & C tendrán su oportunidad, no lo dudo, y espero que les vaya bien. Pero todo a su debido tiempo. Por ahora, si no sucede nada extraño -espero que no suceda- Willy deberá contentarse con asistir a su propio homenaje, salir en la tapa de las revistas y seguir cosechando los frutos de una carrera brillante, mango sobre mango sobre mango. Quién pudiera.