y un día volvió
Un brindis por Guillermo Coria que ayer jugó su mejor tenis en un semestre para avanzar a tercera ronda del master series de Key Biscaine -hoy en día Nasdaq100, pero a los nostálgicos nos gusta llamarlo Lipton Open-. Enfrente tenía a el serbocroata Novak Djovokic, que si bien no es un rival de la jerarquía del mago, es un pibe que aún no cumplió los 19 años y ya tiene en su haber terceras rondas en Wimbledon y el U.S. Open, admás de alguna que otra semi en el circuito. Y si además consideramos que Coria viene de perder, en su polvo de ladrillo favorito, ante rivales por debajo del número 100 del ránkin, doble chin chin.
Este ¿nuevo? Coria, que no cometió doblefaltas, que mantuvo un porcentaje de primeros servicios del 75%, que atacó permanentemente a su rival, subiendo sin miedo y con éxito a la red va a ser un verdadero problema para el Luli Mancini si mantiene su nivel en los próximos partidos y avanza un par de ruedas más en el torneo. Es cierto que se autoexcluyó, pero, ¿ si llega a semifinales?; arriesguemos aún más: podría encontrarse en una -desde ya muy hipotética- final con Ivan Ljubicic o Mario Ancic, solistas croatas.
Parece poco tiempo para que el español José Higueras haya influido e su juego, o en su cabeza. Pero lo cierto es que el Coria de ayer no se parece en nada al de los últimos meses. Habrá que esperar para ver si puede mantener este nivel y empezar a trabajar en ajustar las tuercas lógicamente flojas de su tenis. Más allá de lo que pase en Key Biscaine, la cabeza de Coria debe estar en lo que viene: la gira europea de polvo de ladrillo en la que defiende puntos imprescindibles para manerse top ten. Y más allá, por supuesto, Roland Garros.
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